La NASA confirmó hoy que la sonda "Phoenix" descenderá el 25 de mayo sobre una zona del polo norte de Marte con la misión central de recoger muestras de hielo y determinar la existencia de material orgánico.
Antes de que las tres patas de la nave entren en contacto con la superficie marciana, ésta deberá activar sus motores de retroceso para reducir su velocidad de casi 21.000 kilómetros por hora a solo unos ocho kilómetros por hora.
La confirmación de que esa maniobra se ha efectuado con éxito solo se conocerá a las 23.53 GMT del mismo día, dijo la NASA en un comunicado.
"No será una visita a la casa de la abuela", señaló en una conferencia de prensa Ed Weiler, del directorio de misiones científicas de la NASA, al referirse a las dificultades que hallará la nave al entrar en contacto con la tenue atmósfera marciana.
"Instalar una nave sobre la superficie marciana es un asunto difícil y arriesgado. Ya sabemos que menos de la mitad de las misiones a Marte han tenido éxito", agregó al aludir a dos sondas de la NASA que se perdieron en el intento a mediados de la década pasada.
Weiler indicó que el principal peligro lo representan las rocas que podrían desbaratar el "aterrizaje" o impedir el despliegue de los paneles solares.
Sin embargo, aseguró que las imágenes proporcionadas por una de las cámaras del Mars Reconnaissance Orbiter, que gira en torno al planeta, han mostrado que las rocas en la zona elegida para el descenso son más pequeñas que la nave y que eso ayudará a disminuir los riesgos.
"Esta es una de las zonas menos rocosas de Marte y confiamos que no perjudicará la capacidad de 'Phoenix' de aterrizar sin problemas", manifestó Ray Arvidson, científico de la Universidad de Washington y miembro del equipo que diseñó la maniobra final.
La existencia de hielo bajo la superficie de las latitudes más altas del planeta fue confirmada a comienzos de 2002 por el orbitador "Mars Odyssey" y "Phoenix" iniciará su misión en una región septentrional jamás visitada por un artefacto espacial, dijo Barry Goldsten, director del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Pero la misión no solo estudiará el permafrost marciano, sino que constituirá el próximo paso de la exploración de Marte al determinar si esta región, que abarca a casi el 25 por ciento de la superficie del planeta, es habitable, dijo Peter Smith, uno de los científicos de "Phoenix" en la Universidad de Arizona.
La sonda que funcionará mediante energía proporcionada por sus paneles solares utilizará un brazo robótico de 2,5 metros para recoger muestras de hielo y material que serán analizados por un laboratorio a bordo.
Por otra parte, las cámaras de la nave así como su estación meteorológica proporcionarán información sobre el ambiente, manifestó la NASA en un comunicado.
Otro de los objetivos de "Phoenix" será establecer si existieron en esa región condiciones favorables al desarrollo de algún tipo de vida microbiana.
miércoles, 14 de mayo de 2008
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