Los dias 29 y 30 de mayo de cada año, durante quince minutos, el sol encaja prodigiosamente en los cañones de Manhattan de la ciudad de Nueva York y las ventanas lo envuelven todo en una indescifrable bruma amarilla. Todo adquiere un aire irreal y hasta los taxistas desquiciados hacen un alto para rendir pleitesía al astro rey.
Como dice la leyenda en el pavimento, en esos momentos la calle es solo para el Sol que nos mantiene calientes a los habitantes de la Tierra, aunque todos los dias nos esforcemos por destruirla. !La estupidez de la raza humana!
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