viernes, 31 de diciembre de 2010

Preparan escudo para advertir catastrófica tormenta solar


La NASA cree que puede tomar medidas para protegernos de las tormentas solares . Este tipo de evento, durante el cual una lluvia de partículas de alta energía golpea nuestro planeta provocando apagones y todo tipo de disturbios eléctricos, podría ser previsto con el tiempo suficiente como para tomar medidas destinadas a minimizar sus efectos. Un sistema de alerta conformado por la sonda SOHO y las gemelas STEREO de la NASA nos permitiría hacer un modelo 3D del fenómeno y desconectar los sistemas esenciales antes de que resulten afectados.

El próximo pico de actividad solar se espera para 2012-2013Las estadísticas demuestran que cada cien años tiene lugar una tormenta solar lo suficientemente potente como para teñir los cielos de la Tierra con impresionantes auroras color rojo sangre. Lamentablemente, este tipo de fenómeno no se limita a producir aterradores espectáculos visuales, sino que afecta el funcionamiento de brújulas y satélites, produce apagones, interfiere con las redes de telecomunicaciones y afecta a casi todos los equipos electrónicos que nuestra civilización utiliza a diario.

Afortunadamente, la mayoría de las tormentas solares no son lo suficientemente grandes como para causar efectos “a lo Hollywood”, pero algunas de ellas podrían meternos realmente en problemas. En 1859, por ejemplo, tuvo lugar el llamado “evento Carrington”, una súper tormenta solar que interrumpió el tráfico telegráfico e incluso incendió algunas de sus oficinas. Si un evento similar tuviese lugar en el mundo actual, las perdidas -económicas y de vidas humanas- serían enormes.

Desconectar a tiempo
Un informe emitido por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos en 2008 advierte de que si una tormenta solar “importante” se produjese en la actualidad, experimentaríamos apagones generalizados de electricidad, e incluso se dañarían muchos de los transformadores principales utilizados en las redes de distribución de energía eléctrica. Para evitar esto, la NASA se encuentra trabajando en un proyecto llamado “Escudo Solar” (“Solar Shield”) , destinado a alertar a las empresas distribuidoras de electricidad sobre la posibilidad de un evento de este tipo con el tiempo suficiente para que realicen la desconexión preventiva de sus sistemas.
Según Antti Pulkkinen, un investigador de la Universidad Católica de América que trabajan en el Goddard Space Flight Center de la NASA, “Solar Shield es un sistema de previsión, nuevo y experimental, aplicado a la red de distribución eléctrica de América del Norte. Creemos que puede ser útil para desconectar a tiempo transformadores específicos a partir de la predicción de cuáles de ellos podrían ser afectados por una tormenta solar.”
La causa del mal funcionamiento de las redes eléctricas durante esos eventos tiene su origen en un efecto conocido como GIC (“Geomagnetically Induced Current”, o “corriente inducida geomagnéticamente”). Cuando la nube de partículas solares generadas durante una tormenta golpea el campo magnético de la Tierra hace que este comience a “temblar”. Estas vibraciones magnéticas inducen corrientes en todas las regiones de la atmósfera, sobrecargando circuitos, interruptores y -en casos extremos- derritiendo las bobinas de los transformadores eléctricos.

Las «tormentas de Halloween»
Esto ya ha ocurrido en la historia reciente: una tormenta geomagnética mucho menos grave que el evento Carrington dejó sin energía eléctrica durante 9 horas a toda la provincia canadiense de Quebec el 13 de marzo de 1989. Ese día se dañaron transformadores en Quebec, Nueva Jersey, y Gran Bretaña, contabilizandosé más de 200 anomalías en la red de distribución eléctrica de varios países. En octubre de 2003, las "tormentas de Halloween" provocaron apagones en varias zonas del sur de Suecia y África.

Por terrible que parezcan estos casos, lo cierto es que ninguna de esas tormentas puede comprarse con el “evento Carrington”, y que según la North American Electric Reliability Corporation (NERC) y el Departamento de Energía de EE.UU. los sistemas modernos de distribución de energía son aún más sensibles a las GIC. El proyecto de la NASA podría evitar estos problemas. Pulkkinen explica que “el escudo solar entra en acción cuando se detecta una eyección de masa coronal (CME, por Coronal Mass Ejection) en el Sol. Las imágenes proporcionadas por SOHO y las sondas gemelas STEREO de la NASA nos muestran la nube de partículas desde tres puntos de vista, lo que nos permite hacer un modelo 3D de la CME, y predecir cuándo va a llegar.” Estas partículas demoran entre 24 y 48 horas en llegar a la Tierra, un tiempo valioso que puede emplearse para calcular la hora y lugar en que golpeará nuestro planeta. Con esos datos, las empresas de distribución de energía pueden desconectar sus transformadores para protegerlos.

Preparados para 2012
Pulkkinen aclara que “Solar Shield” es por ahora un sistema experimental y que nunca ha sido probado durante una tormenta geomagnética real. Varias empresas distribuidoras han instalado monitores en lugares clave de sus redes para ayudar al equipo de la NASA en sus predicciones. Dado que en los últimos años la actividad solar ha sido pequeña y solo se han producido unas pocas tormentas relativamente leves durante el año pasado, el sistema no ha sido probado a fondo. “Nos gustaría que más empresas relacionadas con la energía se uniesen a nuestro equipo de investigación”, añade Pulkkinen. “Cuantos más datos obtengamos, más rápido podremos probar y mejorar Solar Shield". El próximo pico de tormentas solares, que tienen una periodicidad aproximada de 11 años- se espera en algún momento de 2012 ó 2013, por lo que la puesta en marcha de este proyecto puede ser crucial.

El fenómeno
Un conjunto de luces brillantes iluminan inesperadamente en el cielo. Las bombillas empiezan a parpadear y, después de unos segundos, se apagan indefinidamente. Todo el país se queda a oscuras. No es el único. La situación se repite en todo el mundo. Un año después, nada ha cambiado. Se registran millones de muertos y nuestra civilización parece abocada a su fin. ¿La causa? Una potentísima tormenta solar.

NASA.Una potente tormenta solar puede acabar con nuestros sistemas eléctricos y de comunicacionesEsta descripción parece sacada de una de esas películas de catástrofes con las que de vez en cuando Hollywood sacude las taquillas de los cines, pero, por desgracia, puede lejos de la ficción. Forma parte de un informe publicado hace dos años por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) y financiado por la NASA. El estudio advierte de que enormes chorros de plasma procedentes del Sol pueden alcanzar nuestro planeta en 2012 ó 2013, cuando la actividad del astro rey alcance su máximo pico como parte del ciclo solar de once años. No es fácil que esto ocurra, pero es una posibilidad real.
La actual dependencia de la electrónica y de las comunicaciones por satélite supone que una fuerte tormenta espacial podría causar veinte veces más daño económico que el huracán Katrina. Si algo semejante llega a producirse, ¿tenemos alguna opción? ¿hay una oportunidad de salvarnos? Investigadores de la Universidad de Bardford (Reino Unido) creen que sí, siempre que la amenaza no nos pille desprevenidos y dispongamos de una alerta temprana que nos permita tomar medidas. Con este objetivo, trabajan en el desarrollo de un nuevo método para predecir los grandes movimientos del Sol.
Las tormentas solares implican la liberación de enormes cantidades de gas caliente y fuerzas magnéticas hacia el espacio en torno a 1.600.000 kilómetros por hora. Aunque las grandes erupciones solares normalmente tardan varios días en llegar a la Tierra, la catástrofe puede precipitarse, ya que la más grande conocida, registrada en 1859, nos alcanzó en tan sólo dieciocho horas (Bautizada como «El evento Carrington», por el astrónomo británico que lo midió, causó el colapso de las mayores redes mundiales de telégrafos). Las llamaradas solares, que también pueden causar daños, tardan sólo unos pocos minutos.
Hasta ahora, la predicción meteorológica solar se ha hecho de forma manual. Expertos buscan en imágenes de satélite en dos dimensiones del Sol y evalúan la probabilidad de una actividad futura. Pero el equipo Centro de Computación Visual de la Universidad de Bradford ha creado el primer sistema accesible de predicción automatizada, utilizando imágenes en 3D generadas por el satélite de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO).
Con seis horas de antelación
El sistema Bradford de Predicción Automatizada de Actividad Solar, denominado ASAP por las siglas en inglés de "As soon as posible" (Tan pronto como sea posible) y ya utilizado por la NASA y la ESA, identifica y clasifica las manchas solares. El sistema es capaz de predecir con precisión una llamarada solar con seis horas de antelación y el equipo está trabajando para lograr una precisión similar en la predicción de las grandes erupciones solares en un futuro próximo.
“La predicción meteorológica solar está todavía en su infancia, probablemente alrededor del punto en el que la previsión del tiempo meteorológico se encontraba hace 50 años. Sin embargo, nuestro sistema es un gran paso adelante", explica el profesor adjunto en el Centro de Computación Visual, el Dr. Rami Qahwaji, responsable de la investigación. "Mediante la creación de un sistema automatizado que puede trabajar en tiempo real, abrimos la posibilidad de una predicción mucho más rápida". Además, los científicos creen que el nuevo satélite de la NASA, el Observatorio Dinámico Solar (SDO), que entró en funcionamiento en mayo, les dará la oportunidad de ver la actividad solar con mucho más detalle, lo que mejorará aún más su capacidad de predicción.

Desastre sin precedentes

«La Tierra y el espacio están a punto de entrar en contacto de una forma que es nueva en la historia de la Humanidad». Expertos de la NASA han vuelto a advertir del peligro que puede suponer para la Tierra la explosión de una única y gran tormenta espacial, generada a más de 150 millones de kilómetros de distancia, sobre la superficie del Sol. Una actividad solar en extremo intensa -en los próximos años se esperan niveles cada vez mayores- causaría un desastre sin precedentes. Nuestros sistemas energéticos y de comunicaciones quedarían gravemente dañados por el alcance del plasma solar y nuestro cómodo sistema de vida occidental, que descansa más que nunca sobre la tecnología, se vendría abajo como un castillo de naipes. No es la primera vez que la NASA realiza esta advertencia. Hace dos años, hizo público un estudio en el que incluso predecía millones de muertos en 2012 si el Sol descargaba su «tormenta perfecta».
Investigadores, legisladores y políticos norteamericanos se han reunido estos días en Washington para perfeccionar el enfoque en la protección de infraestructuras críticas. El objetivo final es mejorar la capacidad del ser humano para prepararse, mitigar y responder a fenómenos meteorológicos del espacio potencialmente devastadores. «Creo que estamos en una nueva era en la que el clima espacial puede ser tan influyente en nuestra vida cotidiana como el clima terrestre común», afirma Richard Fisher, jefe de la División Heliofísica de la NASA.
20 veces peor que el «Katrina»
«El Sol está despertando de un profundo sueño y en los próximos años esperamos ver niveles mucho más altos de actividad solar. Al mismo tiempo, nuestra sociedad tecnológica ha desarrollado una sensibilidad sin precedentes a las tormentas solares», expone el especialista. La Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) hizo público el problema hace un par de años en un importante estudio financiado por la agencia espacial norteamericana. Reflejaba un panorama desolador. La civilización del siglo XXI se sustenta sobre sistemas de alta tecnología. Pero estas redes inteligentes de energía, la navegación GPS, el control del transporte aéreo o los sistemas de comunicaciones puede ser eliminados por una intensa rabieta solar. Un fenómeno de este tipo podría causar daños económicos veinte veces más fuertes que el huracán Katrina.
A pesar de todo, hay una respuesta. La NASA cree que gran parte del daño puede ser mitigado si se conoce con la mayor exactitud posible la llegada de una tormenta, con acciones que, por ejemplo, protegan los satélites o desconectando los transformadores. Para ello, sondas de la agencia espacial, entre ellas STEREO, ACE y SDO, proporcionan información actualizada al minuto sobre lo que está sucediendo en el Sol. SDO (Observatorio de Dinámica Solar) es la última incorporación a la flotilla. Lanzada en febrero, es capaz de fotografiar las regiones solares activas con una resolución espectral sin precedentes. Ahora, los científicos pueden observar las erupciones con gran detalle.
Fuente http://www.abc.es/

El analema del 2010


Imagen de un analema, la curva de la posición del Sol, durante 2010
¿Puede una única fotografía resumir todo el año 2010? En cierto modo sí, al menos por lo que respecta a la vicisitudes del Sol. La imagen que acompaña estas líneas muestra un analema, la curva que describe la posición del Sol en el cielo, observada a la misma hora de día y desde el mismo lugar durante un año.
Esta imagen, tomada en Veszprém (Hungría) y que aparece en la web de National Geographic, es extremadamente compleja de conseguir por el tiempo y la precisión que requiere. De hecho, según informa la publicación online, sólo hay unas veinte personas en todo el mundo que han logrado obtener una instantánea semejante.
La imagen del analema de Hungría combina 36 fotos del Sol tomadas a las 10.00 hora local, entre enero y diciembre. Una imagen distinta del vencindario captada desde el mismo lugar pero en un momento diferente del día fue compuesta digitalmente en primer plano.
El Sol dibuja esta forma de ocho durante el año porque la Tierra gira sobre un eje ligeramente diferente al de nuestra estrella y en una órbita elíptica. El punto más alto del analema se produce durante el solsticio de verano, y el más bajo, en el de invierno.
Tomado de www.abac.es

viernes, 17 de diciembre de 2010

¿El Sol, una amenaza para la Tierra?


Es nuestra fuente de luz y calor, le debemos el mantenimiento de la vida, pero el despertar de su letargo puede resultar catastrófico para la civilización tal y como la hemos concebido. En las últimas semanas, varios estudios científicos han advertido de los peligros que puede suponer para nuestros sistemas energéticos y de comunicaciones una violenta tormenta espacial generada a más de 150 millones de kilómetros de distancia, sobre la superficie del astro rey. La Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) ya lo avisó hace tiempo en un impactante informe financiado por la NASA que señalaba la posibilidad, pequeña pero no inverosímil, de que un extraordinario chorro de plasma dejara frita en segundos toda nuestra red eléctrica. Sucedería a partir de 2012, cuando se espera que el Sol encienda su energía a la máxima potencia, y podría dar lugar a un escenario apocalíptico en todo el planeta.
Por si esto fuera poco, nuevas investigaciones sugieren que, de momento, y aunque disponemos de avanzados equipos tecnológicos que trabajan en exclusiva para ello, no somos capaces de prevenir todos y cada uno de estos arranques solares. Una de cada tres erupciones surge por sorpresa, sin previo aviso, lo que, en caso necesario, prácticamente nos impediría protegernos a tiempo. Además, los científicos han descubierto cómo se producen estos tsunamis solares, y su descripción resulta aterradora: no aparecen de forma puntual, sino que se contagian en una especie de dominó y pueden ser tan gigantescos que envuelvan casi por completo toda la superficie del Sol. Un infierno de libro.
Astrónomos de la NASA y de la Universidad de Stanford (California) detectaron a comienzos del pasado agosto un «tsunami solar», una explosión masiva que iba dirigida hacia la Tierra. Todo un hemisferio del Sol estalló, enviando ondas de choque a través de su superficie y nubes de gas caliente al espacio. Los científicos observaron el espectáculo a través del laboratorio solar SDO y las sondas gemelas STEREO, que captaron todo lo ocurrido desde puntos de vista complementarios. De esta forma, descubrieron que lo que creían un fenómeno aislado era en realidad una explosión interconectada por una extensa red magnética que ocupaba toda la superficie del astro rey. La estrella se había convertido en un gigantesco campo de minas.
Como un tornado
El hallazgo sugiere que los científicos deben ampliar sus conocimientos sobre clima espacial para poder prevenir estas explosiones, ya que no suceden como creían. No será tan fácil. Otro estudio reciente del Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica (CfA) asegura que un tercio de las rabietas del astro rey son inesperadas. Antes, los científicos pensaban que las eyecciones iban acompañadas de señales de advertencia como erupciones, el oscurecimiento de la corona solar o la aparición de filamentos de plasma, pero no siempre ocurre así. Once de 34 erupciones solares observadas también por la sonda STEREO no pudieron ser detectadas con antelación. Por lo tanto, un sistema diseñado para anticiparse a las tormentas solares podría fallar una de cada tres veces. «Los meteorólogos pueden advertir la llegada de un huracán con días de antelación, pero sólo tienen unos minutos para predecir un tornado», explica el astrónomo Leon Golub, del CfA. La previsión del clima espacial se parece más a predecir un tornado.
El equipo trabaja ahora para encontrar nuevas pistas que hayan pasado inadvertidas y que puedan avisarnos de que esta amenaza se nos viene encima. Prepararnos para afrontarla puede ser una cuestión de supervivencia.
La mayoría de estos eventos no son tan potentes para convertir el mundo en una película de catástrofes de Hollywood, pero no sería la primera vez que uno de ellos nos afecta. En 1859, se produjo el llamado «evento Carrington», cuando una super tormenta solar, la más grande conocida, causó el colapso de una red mundial de telégrafos. Tardó sólo 18 horas en alcanzarnos. Sustituyan el rudimentario telégrafo por nuestros modernos satélites e imaginen la dimensiones de algo parecido en la actualidad.
Seis horas para protegernos
Este es el panorama: una gran explosión solar lanza al espacio millones de toneladas de partículas de plasma a una velocidad superior a un millón de millas por hora. Cuando las partículas cargadas llegan a la Tierra, interactúan con el campo magnético de nuestro planeta, lo que puede crear una tormenta geomagnética. Las comunicaciones por satélite podrían pararse de golpe y las redes de energía interrumpirse. A pesar de todas las dificultades, la NASA cree que puede tomar medidas para protegernos.
Un sistema de alerta conformado por la sonda SOHO y las gemelas STEREO permitiría diseñar un modelo 3-D del fenómeno y desconectar nuestros sistemas de comunicaciones y energéticos esenciales antes de que resultaran afectados.
Investigadores de la Universidad de Bardford (Reino Unido) también trabajan en el desarrollo de un nuevo método para predecir los movimientos del Sol denominado ASAP (por las siglas en inglés de «As soon as posible», «Tan pronto como sea posible») para predecir con seis horas de antelación una gran erupción solar.