lunes, 30 de junio de 2008

Al recordar la catástrofe de Tunguska, se despierta el temor por el Apofis

Interpretación artística de lo que podría ser la colisión, contra la Tierra, de un asteroide o cometa

Al cumplirse un siglo del ingreso de un asteroide o cometa de 60 metros de diámetro en una remota región de la Siberia rusa, sobre el río Tunguska, nuevos temores sacuden al mundo por la presencia, en 2029, en la cercanías de la Tierra de un asteroide, el Apofis, de 350 metros de diámetro.

El suceso de 1908 desprendió sobre nuestro planeta una energía explosiva equivalente a una bomba de hidrógeno de 12 megatones, 1.000 veces la potencia de la bomba que destruyó Hiroshima, decenas de kilómetros cuadrados de bosque quedaron arrasados y la explosión se oyó a 800 kilómetros de distancia.

El Apofis, en 21 años, se aproximará a la Tierra a unos 36.000 kilómetros de altura y podría cambiar su trayectoria haciendo que en su siguiente aproximación en 2036, colisione con el planeta, produciendo un efecto superior al de 40.000 bombas atómicas y formando un desierto del tamaño de Francia.

Un proyecto preve instalar sobre el asteroide un transmisor para conocer con precisión su órbita, pero hasta el momento no existe nave alguna capaz de llegar hasta él. Se ha convocado un concurso internacional para diseñar una misión que nos acerque al asteroide a fin de seguir su pista.

La duda es desviar su trayectoria hasta ponerlo en una órbita segura para la Tierra o sencillamente destruirlo, lo que podría crear una dañina lluvia de asteroides más pequeños que saldrían disparados hacia el planeta como misiles sin desviar significativamente la ruta del Apofis.



Posible trayectoria de colisión del Apofis

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