domingo, 7 de septiembre de 2008

Sonda Rosetta vuela cerca de asteroide Steins


La noche del viernes 5 de septiembre la sonda europea Rosetta se acercó a sólo 800 kilómetros del asteroide 2867 Steins, marcando un hito histórico para la ciencia espacial europea. La cita tuvo lugar a 360 millones de kilómetros de la Tierra, y fue milimétricamente preparada para que los instrumentos de la nave capten el mayor número posible de detalles sobre la composición de esa roca espacial de 4,5 kilómetros de diámetro.

Algo que Rosetta debió conseguir al primer intento y sin posibilidad alguna de corrección, ya que al cruce, la sonda viajaba a una velocidad de 8,6 kilómetros por segundo. Los datos obtenidos por Rosetta servirán para dar un paso más en el conocimiento del origen y evolución del Sistema Solar.

Material sobrante

Steins procede del cinturón de asteroides que orbita alrededor del Sol, como un enorme anillo de escombros, a medio camino entre Marte y Júpiter. Y guarda en su interior valiosos secretos sobre la formación de los planetas de nuestro sistema.

Se considera que los asteroides, en efecto, son una suerte de «material sobrante» que procede directamente de los lejanos tiempos del origen del Sistema Solar, hace 4.500 millones de años. Entre las varias «familias» de asteroides conocidas, Steins forma parte de la que se ha dado en llamar grupo «E», una clase de objetos que probablemente han sufrido procesos térmico a lo largo de su historia evolutiva. Hasta ahora ninguna nave se había acercado aún a esta clase de asteroide.
La sonda europea Rosetta

Sin embargo, y a pesar de lo espectacular y complejo de esta misión, no es éste el cometido principal de Rosetta, que ha sido especialmente diseñada para estudiar de cerca el cometa Churyumov-Gerasimenko. La nave espacial se encontrará con el cometa en 2014, se pondrá en órbita alrededor de él y, en una operación sin precedentes, liberará un pequeño módulo de descenso (llamado Philae), que se posará suavemente en su superficie.

El encuentro con Steins es considerado por los investigadores como una auténtica «prueba de fuego» para Roseta, que realizará así sus primeras pruebas científicas. Toda la misión se supervisa desde la estación madrileña de la agencia espacial en Villafranca del Castillo.

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