Recreación del interior de una estrella. (Foto: CNES)
En la superficie de las estrellas se producen oscilaciones, similares a los terremotos que tienen lugar en la Tierra, que están siendo útiles para que los astrónomos averiguen qué esconden en el interior estos lejanos astros. Detectar y analizar estos cambios es la misión del satélite europeo CoRoT, cuyos resultados se publican esta semana en la revista 'Science'.
Ha sido un consorcio internacional, en el que participan varias instituciones científicas españolas, el responsable de medir estas oscilaciones en tres estrellas cercanas al Sistema Solar.
Rafael Garrido, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC) y coordinador de equipo español, explica que el objetivo es el mismo que en la Tierra: "En nuestro planeta sabemos lo que hay dentro porque se estudian las ondas que lo atraviesan y se observan las diferentes zonas por la que pasan en función de la densidad. Es lo mismo que ocurre en las estrellas. En su superficie hay ondas, producidas por cambios en las temperaturas. Nosotros medimos las variaciones en la luz y podemos averiguar cómo es el interior".
El satélite CoRoT, situado en órbita a 800 kilómetros y que gira en torno al planeta, ha logrado medir con gran precisión estas ondas en tres estrellas y ha visto que estas variaciones son 1,56 veces más vigorosas que las que se producen en el Sol y que su granulación (que son las burbujas que forman los gases que hierven en el interior) es tres veces más fina.
"Son como ollas en ebullición en las que las ondas se propagan y se amortiguan continuamente. Así podemos saber qué hay en el interior de estas estrellas, que de momento siguen las mismas pautas que hemos observado en nuestro Sol", añade el experto granadino.
Garrido explica que el objetivo, además de la curiosidad de continuar desvelando misterios del Universo, es observar qué ocurre en otras estrellas, que pueden ser mucho más antiguas que el Sol, para saber por adelantado cuál será el comportamiento de nuestro 'astro rey' en el futuro.
Participación española
La misión, que comenzó en diciembre de 2006 con el lanzamiento del satélite, está financiada en un 80% por la agencia espacial francesa CNES, pero ha contado con una importante colaboración tecnológica española: la empresa GMV ha sido la responsable del software de mantenimiento del satélite.
El satélite CoRoT cuenta con un pequeño telescopio dedicado a la medición de la luz con una precisión asombrosa: es capaz de detectar variaciones de una parte por millón, es decir, podría observar un millón de bombillas y distinguir el parpadeo de una sola de ellas.
Estas mediciones no sólo desvelan el comportamiento de cada una de las estrellas, sino que podrían ayudar a la búsqueda de planetas similares a la Tierra en torno a estrellas que puedan ser similares al Sol. También puede cambiar la actual clasificación estelar.
Los astrónomos españoles, precisamente, han contribuido a la hora de decidir cuales eran las estrellas más interesantes de observar, gracias al trabajo de los telescopios instalados en Canarias y en Andalucía.
Entre las instituciones españolas participantes se encuentran también el Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC), el Instituto de Astrofísica de Canarias, la Universidad de Valencia, el Laboratorio de AStrofísica y Física Fundamental de Madrid y la empresa GME.
Tomado de http://www.elmundo.es/
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