domingo, 1 de febrero de 2009

Los sonidos de el universo

"En el espacio nadie puede oír tus gritos". Con este inquietante eslogan se publicitó el clásico del cine de ciencia-ficción Alien. Sus creadores dieron en el clavo: el sonido necesita de un medio material para propagarse, y en el vacío espacial no hay nada a lo que pueda agarrarse.
Por este motivo, casi todas las películas del género –excepto 2001: una Odisea del espacio– cometen el error de obsequiarnos con explosiones y potentes rugidos de los motores de hiperpropulsión. Sin embargo, el silencio no reina en todo el universo.
La sonda Huygens, que se lanzó el 14 de enero de 2005 hacia la superficie de Titán –el satélite de Saturno–, llevaba un par de diminutos micrófonos. Debido a que tiene una atmósfera densa, continentes y un mar de metano, Titán es un lugar bastante ruidoso. Los micrófonos de la sonda grabaron el ruido del viento a lo largo de las dos horas y media que duró el descenso.
A pesar de la fortísima deceleración a la que se vio sometida –15 veces la de la gravedad terrestre–, la Huygens sobrevivió al impacto con el suelo y transmitió datos e imágenes de la superficie durante más de una hora. Así, pudo verse un paisaje anaranjado sembrado de rocas, posiblemente hechas de agua sólida y, cubriéndolo todo, una neblina de etano o metano.
El micrófono tenía que registrar el sonido de un trueno alienígena. No hubo suerte.Esta no es la primera vez que enviamos un micrófono a otro planeta. En 1999, la NASA quiso hacer realidad el que sería el último sueño del astrofísico y divulgador Carl Sagan, que no era otro que grabar los sonidos de la superficie marciana. Para ello, instalaron un micrófono en la Mars Polar Lander, pero diez minutos antes del amartizaje se perdió el contacto con la sonda. A pesar de ello, la NASA no ha tirado la toalla y espera grabar en las futuras misiones que tiene programadas al planeta rojo el ulular del viento o los silbidos ametralladores de sus tormentas de arena. Obviamente, nadie pensó en dotar de micrófonos a la misión Apolo 11, salvo los necesarios para que Neil Armstrong pudiera pronunciar su famosa frase tras pisar el firme lunar. No hay que olvidar que nuestro satélite carece de atmósfera.
Fuente www.elalmanaque.com

1 comentario:

Amo del universo dijo...

Siempre he tenido curiosidad por saber que son los sonidos del universo. A que se deben y cómo suenan.